Despertemos en defensa de la vida
La sociedad se ha caracterizado por buscar su propia seguridad y desde luego el mantener su propia vida y la de sus familiares, amigos y congeneres en general es una gran prioridad de todo ciudadano.
Hoy en Colombia la sociedad está ante esta situación, esto es, cómo lograr que mantengamos la vida, cuando el ciudadano se encuentra ante tantos ángulos de la violencia; así por ejemplo los grupos guerrilleros, los para militares, las delincuencia tradicional y todo esto fortalecido por el narcotráfico hace de nuestro temor presente en nuestra vida diaria.
No ver la realidad que en materia de inseguridad se da en muchas regiones y localidades del país es hacer lo que hace el avestruz, esto es enterrar la cabeza para no ver su en torno y de esa manera nos escondemos cobarde mente esperando ser un número más de quienes se salvan o de quienes caen en estos eventos de violencia que ocurren diariamente en el país.
Hay otras violencias que se dan de otra forma pero también extrema, como es aquella en que el mas poderoso e inmoral utiliza su poder económico y/o político para imponerse ante los mas débiles aprovechándose utilizando su trabajo ( mal pago y muchas veces sin seguridad social alguna) para lograr jugosos recaudos en los cuales evaden el pago de impuestos. El trabajador débil requiere del trabajo o del capital para mantenerse dentro de la economía y lograr su propia supervivencia, asumiendo sin querer las reglas el juego.
La corrupción en los diversos procesos tanto desafortunada mente en algunos casos oficiales como privados igualmente, involucran a los ciudadanos o estos buscan ingresar en esos procedimientos que les generan ingresos y riqueza mal habido, a los grandes y de paso a los de menores ingresos. Es así como el narcotráfico es el más común actualmente pero no es lo único que causa esa inseguridad del ciudadano.
El maltrato por parte de seres inescrupulosos a los niños, a los ancianos, a las mujeres también es un gran mal, muchas veces fruto de los anteriores problemas y en otros por falta de educación y de valores morales que orienten sus actuaciones.
No se puede dejar de lado el expresar el repudio a los desmanes y equivocaciones tan marcadas y reiterativas que ocurren por miembros del Estado en especial en aquellos casos de los falsos positivos y el uso a veces desmedido de la fuerza con comunidades calificadas de auxiliadoras de la guerrilla o de los paramilitares. Es desde luego inaudito pensar que hayan sido políticas del Estado, pero si han sido errores y abuso de autoridad por algunos de sus miembros.
No se debe desconocer el trabajo de muchas instituciones nacionales e internacionales, gente vinculados a organismos oficiales y privados así mismo la ciudadanía común y corriente hace esfuerzos por esta lucha desalmada pero con limitados éxitos y se requiere por lo tanto que toda la ciudadanía asume su rol social histórico de contribuir involucrándose en los distintos ámbitos del quehacer político, económico y social.
Debiéramos marchar contra todo esto pero concentrarnos en los dos grandes rieles de la violencia el para militarismo y la guerrilla, ya es una base de éste despertar. Desde luego que solo las marchas no solucionan las bases de estos problemas pero ayudan a formar opinión y criterio para actuar cada quien desde el lugar que ocupe en la sociedad en nuestra lucha por poder vivir y sobretodo en paz.
minfanteo
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